Queridos amigos del Centro La Salle Liria.

Enhorabuena a todo el personal de La Salle Liria, porque ya hemos superado el mes de septiembre y nos hemos adentrado en el mes de octubre.

Así que saludos cordiales a los Hermanos de la Comunidad, al Equipo de dirección del Centro, a los Animadores y niños del Projecte Obert. Y sin olvidar a las señoras que tienen la casa hecha un pincel y a quienes cuidan de nuestra salud en la cocina y comedor, y sin olvidar al que cuida de los animalitos de la Granja escuela.

Y saludamos al mes de octubre que es la puerta al otoño. El mes más bonito del año, en el que el verde de las hojas de los árboles se transforma en múltiples colores: Amarillos, ocres, rojos. etc.

Pero para muchos de nosotros el mes de octubre brilla con la Virgen del Pilar, nuestra Madre y patrona.

Permitidme que me explaye un poquito más en la Virgen del Pilar, y os cuento un poco de historia-leyenda-tradición de nuestra querida Madre Pilarica.

La historia sobre sus orígenes se remonta al año 40 d.C., cuando, de acuerdo con la tradición cristiana, el 2 de enero la Virgen María se apareció a Santiago Apóstol en Caesaraugusta (Zaragoza). María llegó a Zaragoza «en carne mortal» —antes de su Asunción— y como testimonio de su visita habría dejado una columna de  jaspe conocida popularmente como «el Pilar». Se cuenta que Santiago y los siete primeros convertidos de la ciudad  (Los 7 Varones apostólicos) edificaron una primitiva capilla de adobe a orillas del río Ebro. Este testimonio es recogido por un manuscrito de 1297 de los “Moralia, sive Expositio in Job”, del Papa Gregorio Magno.

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La Virgen es una talla en madera dorada; mide treinta y seis centímetros y medio de altura y descansa sobre una columna de jaspe forrada de bronce y plata y cubierta, a su vez, por un manto desde los pies de la imagen de la virgen hasta la base vista de la columna o pilar, a excepción de los días dos, doce y veinte de cada mes en que aparece la columna visible en toda su superficie. En la fachada posterior de la capilla se abre el humilladero, donde los fieles pueden venerar la Santa Columna a través de un óculo abierto.

Recuerdo con mucho cariño que los alumnos (yo me encontraba entre ellos) terminábamos las clases con este cántico a nuestra Señora del Pilar. Y dice así:

Bendita sea la hora en que María santísima, vino en carne mortal a Zaragoza, a Zaragoza. Por siempre sea, por siempre sea, bendita y alabada.

Pues que la Santísima Virgen del Pilar nos bendiga a todos y todas nuestras familias.

 Con cariño y aprecio.

 

H.Joaquín Gasca.fsc. Liria. 1.10.2023.