Queridos amigos del Centro La Salle Liria. Me siento feliz de dirigirme a vosotros al inicio del mes de diciembre que nos llevará al encuentro con el Dios Niño, y que lo celebraremos con gozo en familia “el día de Navidad del Señor”.

En este tiempo de adviento os invito a decir con fuerza y amos: Ven, Ven, Señor, no tardes. Ven, ven que te esperamos. Ven, ven, Señor no tardes, ven pronto, Señor.

 

Apreciados amigos, ¡Cómo dejar pasar estos días sin desearos Paz y felicidad!

Os brindo una historita que vale la pena vivirla intensamente:

 

“Hace muchos, muchos Años me topé con una tienda que me llamó la atención por su insólita apariencia: “Almacenes La Alegría” era su extraña leyenda.

“Entre sin pensar”, rezaba un gran rótulo en la puerta. Entré. Una bella y amable señorita, con una sonrisa franca y con gran presteza me ofreció una cesta, al tiempo que me dijo: “Se la doy bien grande y hermosa, llénela con lo que vea:  Vd. hallará toda clase de ingredientes para causar Complacencia, producir Felicidad y esparcir a manos llenas Alegría, Gozo y Dicha, Júbilo, Paz, Risa, y Fiesta no sólo para usted, para todos los que quiera”.

 

No sea tímido. Tome Paquetes de Atrevimiento, botes de Amor e Indulgencia. El Cariño y la Ternura estaban allí de oferta, en cajas, la Tolerancia; envasada, la Paciencia; había Fe en cantidad y no faltaban las esencias: Amor, Bondad, Confianza y Misericordia inmensas. Sacos grandes de Humildad se amontonaban por tierra. Y, por fin, me insistió: No se olvide de los frascos de la gracia y la oración que sazonan el producto y le dan gran duración”

 

Hasta aquí la leyenda.

 

     El Dios que llega es todo eso. El viene y te lo regala. El viene y te invita a disfrutar de esos preciosos frutos, al menos en estos días navideños. Lleva el amor, el cariño… a todas las personas: a tus amigos/as, y a las que conforman toda tu familia.

     Dios se nos hace uno más de los humanos. Dios, en su pedagogía, se hace Niño para que nosotros entendamos que, para llegar al corazón del ser humano, hay que sintonizar con lo humano. Lo “divino” nos sobrepasa.

¡Cuántas gracias debemos dar al Dios que nos llega!

Ese Dios se da a conocer en su sencillez a los pastores y a los Reyes Magos. Y también a ti. ¿Lo has pensado?

Queridos todos. Todo esto te lo deseo para ahora y para el año que viene.

¡Ah! Y no pases por caja. Porque el Dios Niño te lo regala.

Feliz Navidad     

Santo y Esperanzador  2023