Apreciados amigos/as de La Salle Liria.

Acabamos de comenzar la Cuaresma y el día 31 del presente mes sentiremos la alegría del Resucitado. Sobre todo si hemos vivido el sentido de la Cuaresma que culminará con el Triduo pascual: Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo (acompañamos a la Virgen en el día de sus soledad) y cantamos a Cristo Resucitado.

 

Hoy os dedico unos textos del libro: La grandeza del amor”.

ÉL NOS AMÓ PRIMERO.

      “Cierta vez, un poeta escribió una hermosa canción de amor. E hizo muchas copias y las envió a sus amigos y conocidos; hombres y mujeres y, también, a una joven que había visto tan solo una vez y que vivía más allá de las montañas.

Y cuando pasaron dos o tres días, vino un mensajero de parte de la joven trayendo una carta. Y la carta decía: “Déjame decirte que estoy profundamente conmovida por la canción de amor que escribiste para mí. Ven pronto y habla con mis padres para tratar los preparativos de la boda”.

      Y el poeta respondió, diciendo en su carta: “Amiga mía, la canción que le envié no era sino una canción de amor brotada del corazón de un poeta, cantada por todo hombre y a toda mujer”.

     Y ella le escribió a su vez, diciendo: “Hipócrita y mentiroso! ¡Desde hoy hasta el día que me entierren, odiaré a todos los poetas por su causa!” (K. Gibran).

     Jesús también ha escrito una canción de amor para todos, brotada de su corazón. Un día se cerca un hombre a Jesús y le pregunta: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?”. Mateo y Lucas afirman que le preguntaba para ponerlo a prueba, sin especificar por qué. […]

 

Dios es amor y como el ser humano es imagen de Dios, así debe ser la persona, ya que Dios ha dejado en nuestro corazón la semilla del amor. El hacer crecer esa semilla ya es tarea nuestra. “La semejanza nos ha sido dada; no tiene, sin embargo, una conexión necesaria con esa lenta y dolorosa aproximación que es tarea nuestra, lo cual no quiere decir que sea sin ayuda” (C.S. Lewis). […].

 

Dios nos ama no porque seamos buenos, sino porque somos sus hijos y para que nos parezcamos a Él. “Dios –dijo Lutero- no nos ama porque seamos buenos o hermosos, sino porque Dios nos ama, somos buenos y hermosos. Lo que caracteriza al AMOR de Dios es gratuidad y benevolencia y su capacidad de amarnos a cada uno y a todos como si fuéramos únicos. El cristiano siente la necesidad teologal de conocer y amar y de ser conocido y amado. por otros seres humanos y por Dios, a través de Cristo, en el Espíritu.

Hablar sin amor es hablar sin alma”. (La grandeza del amor. págs.23-26)

 

Y termino con unas palabras de San Pablo que escribió para la Comunidad cristiana de Corinto.

Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como campana que suena o címbalo que retiñe. […]  El amor no pasa jamás…. Ahora subsisten estas tres cosas: la fe, la esperanza, el amor, pero la más excelente de todas es el AMOR” (1ª Corintios,13 1, 8, 12).

Queridos/as amigos/as que habéis tenido el humor o la paciencia de leer estas líneas sobre el amor, aprovechando este tiempo de gracias que es la Cuaresma, os invito a leer, con paz y tranquilidad el capítulo 13 de la 1ª carta de Pablo a su comunidad cristiana de Corinto.

 Os deseo un tiempo cuaresmal de provecho, y que el día 31 del presente, todo vuestro ser cante la alegría del Resucitado.

Con todo mi cariño…un fuerte abrazo.

H. Joaquín Gasca, fsc.