Muy queridos amigos y amigas, animadores del Centro La Salle y Projecte Obert.

     El lema de este año dice: “Estás en Casa”.  Sí queridos todos. Somos felices porque disponemos de unos entrañables locales donde compartir nuestra vida. Hagamos de nuestro Centro La Salle-Liria nuestra auténtica y verdadera casa porque nos apreciamos, respetamos, porque nos ayudamos y nos queremos.

     Comenzamos el último mes del año 2021, pero ¡qué maravilloso mes! En él celebramos dos grandes festividades: Nuestra Madre la Inmaculada Concepción y la Navidad, es decir un Dios que ha hace niño, como tú.

                                      

Hoy te voy a contar algo sobre María y sobre Jesús.

 

Allá en los primeros tiempos del mundo del Medievo, María, la madre de Jesús, fue celebrada por aquellos cristianos, invocando a María como Madre privilegiada por Dios.

Artistas de todos los tiempos la representaban, y el pueblo piadoso la contemplaba en esos maravillosos cuadros. (Ahí tiene una de tantas inmaculadas. Por ejemplo, una las que pintó Bartolomé Murillo).

 Ya en el siglo XVIII, el entonces rey de España, Carlos III –el mejor alcalde Madrid- un gran monarca, muy devoto de la Virgen Inmaculada, a petición de las Cortes Generales España, pidió a la Santa Sede que declara a la Virgen Patrona universal de España y demás reinos de la monarquía (los de Hispanoamérica y Filipinas). Y el 25 de diciembre de 1760, el Papa se lo concedió. Así que el 16 de enero de 1761 la Virgen fue proclamada Señora de todos los Reinos de España e Indias, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción.

De 1761 pasamos a 1854, fecha en la que el Papa Pío IX, el día 8 de diciembre, mediante la Bula “Ineffabilis Deus”, declaraba dogma de fe lo que tantos y tantos cristianos habían testificado con su devoción a María Inmaculada.

                        Cuatro años después de esta declaración solemne de PÍO IX, nuestra Madre Inmaculada se lo confirmaría en una de sus apariciones a una humilde jovencita –Bernardette Soubirous: “Yo soy la Inmaculada concepción”. Fue el 25 de marzo de 1858.

Desde entonces la Cueva de Massabielle, junto al río Gave (Lourdes), se ha convertido en el santuario mariano más visitado del mundo.

¡Que la Virgen Inmaculada nos bendiga!

La Navidad.

La tradición ha mantenido viva el acontecimiento más humilde (Dios hecho niño) y al mismo tiempo más extraordinario en el mundo. Aquel acontecimiento, conocido por pobres, humildes y hombres de buena voluntad –Los Pastores, los Magos, Melchor Gaspar y Baltasar- sintieron en su corazón el amor inmenso de todo un Dios en las carnes tiernas de un Niño.

Y en aquella noche fría del invierno el cielo se iluminó y unos ángeles entonaban:

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.

Amigos todos, alegraos porque:

“Hoy en la tierra nace el amor. Hoy en la tierra nace Dios.

Alegría, paz y amor, en la tierra a los hombres, alegría, paz y amor, esta noche es Navidad”.

H. Joaquín Gasca.