EL OTOÑO

Apreciados amigos todos los que compartís parte de vuestra vida en el reciento La Salle Liria, recibid un saludo cordial y afectivo de mi parte.

En un primer momento os invito a contemplar la foto preciosa de un paisaje otoñal. Dichosos aquellos que no han perdido su capacidad de admiración.

No olvidemos que este curso estamos invitados a vivir intensamente la “ecología integral” de la que nos habla el Papa Francisco en su encíclica LAUDATO SI”. Es decir, vamos a cuidar nuestra madre tierra, la sociedad en la que vivimos y sobre todo a nosotros mismos.

Junto a esta especial atención a la creación, no podemos olvidar su vertiente humana. A este propósito decía el Papa Francisco: “No puede ser real un sentimiento de íntima unión con los demás seres de la naturaleza si al mismo tiempo en el corazón no hay ternera, compasión y preocupación por seres humanos” (Laudato Si).

La invitación la tenéis ahí. Quiere ser una llamada a gestos humanos, fraternos, emotivos. Necesitamos para una buena y sana convivencia utilizar esos pequeños guiños afectuosos entre nosotros.

El ambiente otoñal ha estado descrito a lo largo de la historia por personas que han sido sensibles a ciertos valores que los hallamos en el mundo de la belleza.

Literatos, pintores, músicos han dedicado sus poemas, sus cuadros o sus conciertos sinfónicos a describir el tiempo otoñal.

El romántico inglés John Keats  nos ha dejado unos preciosos versos donde describe la estación del Otoño como una época de abundante fecundidad, un tiempo de «melosa melancolía y un cierto ocaso. Son unos pocos versos que te invitan a dejar vagar tu fantasía.

 

Ahora te invito a pasar tu mirada, lentamente, observando los mínimos detalles de “El desayuno sobre la hierba” (Le Déjeuner sur l’herbe) del impresionista Eduardo Manet. ¿Qué te dice? ¿Qué te sugiere?…

Y por último te invito a que busques un buen sillón, recuéstate cómodamente para escuchar el tercer concierto de las “Cuatro Estaciones” de Antonio Vivaldi, cuyo título es “El Otoño”. Costa de tres movimientos: El primero y tercero movimientos tienen un movimiento vivo, alegre, mientras que el segundo movimiento nos introduce en un ambiente más oscuro, más triste, por eso el autor lo transcribe en tono menor y en movimiento “Adagio molto”.

Queridos amigos, no quiero interrumpir vuestro estado donde “el aire que templado da placer, la estación que invita a tantos de un dulcísimo sueño al bello gozo”.

En este mes de octubre no puede despedirme de vosotros sin recordar que el día 12 celebramos la fiesta de la Virgen del Pilar. Sé de vuestro amor a la “Mare de Deu”, pero también mucho cariño a la “Virgen del Pilar. Que ella os bendiga.

Un abrazo.

Vuestro Hermano Joaquín Gasca, fsc.

1 Octubre 2024