“in apostolicae dignitatis solio”

Sello del papa Benedicto XIII con el que selló la BULA de aprobación del Insitituto de La Salle como congregación religiosa. 26 de enero de 1725”.

Queridos amigos/as que compartimos el buen hacer de nuestra Centro La Salle Liria y los que animáis y dedicáis cariño y amor a los niños del Proyecte Obert. A todos, un saludo muy cordial. Y me permito dedicaros estas líneas de la circular del H. Visitador Esteban de Vega: “Hagamos de este tiempo de Pascua una ventana abierta a la esperanza, por la que tantas personas puedan entrar”.

El mes de mayo tiene muchas resonancias y vivencias; una de ellas me lleva a mi infancia, cuando los niños íbamos de la escuela a la Iglesia en el mes de mayo y le cantábamos a la Virgen María: “Venid y vamos todos con flores a porfía, con flores a María que Madre nuestra es”.

 

Tras mi saludo inicial y el recuerdo del mes de María, vuelvo la mirada a dos acontecimientos lasalianos: “El tricentenario de la Bula de aprobación del Instituto por el Papa Benedicto XIII, y la aprobación del Instituto en Francia por el rey Luis XV. Estos dos acontecimientos dieron al Instituto un reconocimiento legal ante la sociedad de Francia, y ante la Iglesia Católica.

Sabemos que San Juan Bautista de La Salle comenzó a preocuparse de los niños pobres a partir de 1679. En esa fecha un tal señor Adrián Nyel, se presentó en la casa de las Hermanas del Niño Jesús, en la ciudad de Reims con una carta para el Sr. de La Salle. La Señora Dubois, natural de Reims, deseaba abrir una escuela para los niños pobres de su ciudad, dotándola de 300 libra al año.

La Salle le orientó al Sr. Nyel para abrir una escuelita. Pero el Canónigo de la catedral de las Coronaciones reales, Sr. de La Salle comenzó ayudando y preocupándose de obra… y así el joven Canónigo se fue enamorando de los pobres y desenamorándose de su canonjía, y acabaría renunciando a ella y desprendiéndose de sus propios bienes, con ocasión de una gran hambruna.

En la fiesta de san Juan, 24 de junio de 1682 la Salle, dejando su casa familiar, se fue a vivir a la Calle Nueva con aquello pobres maestros y abriendo escuelitas en el reino de Luis XIV.

El cambio tan radical de una familia acomodada a vivir en comunidad con aquellos pobres maestros lo describe así: “Si hubiera sabido que el cuidado de pura caridad que tomaba para con los maestros, hubiera debido obligarme a convivir con ellos, lo hubiera abandonado; pues, espontáneamente, yo ponía por debajo de mi criado a los que…tuve que emplear en las escuelas, y por eso, el simple pensamiento de que hubiera tenido que vivir con ellos me hubiera sido insoportable…” (J.B. de La Salle).

Al final de su vida paseando con unos amigos en la propiedad de San Yon (Ruán), les confesó: “Dios que todo lo guía con sabiduría y dulzura, y que no acostumbra a forzar la inclinación de los hombres, quería comprometerme del todo a cuidar de las escuelas, y lo hizo de manera muy imperceptible y en poco tiempo, de tal modo que un compromiso me fue llevando al siguiente, sin haberlo previsto al empezar”

La Salle moría el Viernes Santo, 7 de abril de 1719, sin haberse preocupado de legalizar sus obras ante los organismos legislativos del Estado francés ni dirigirse al Papa para obtener su aprobación como una nueva Institución religiosa.

Y fueron sus sucesores, especialmente el H. Timoteo y sus HH. Asistentes que se preocuparon de ello.

El primer documento fue obtener del rey Luis XV su reconocimiento mediante el documento conocido LETTRES PANTENTES (Real despacho). Este documento le concedía su reconocimiento como un grupo que podía poseer y administrar dinero, casas, recibir donaciones, abrir escuelas etc, como una empresa declarada y aceptada por el Estado Francés.

Obtenido este reconocimiento legal-social, los Hermanos lo utilizaron en Roma para que el Papa Benedicto XIII concediera a los Hermanos de las Escuelas Cristianas su reconocimiento como una Institución religiosa. Dicho documente se encuentra en nuestra Casa Generaliza, en Roma. El texto en latín comienza así: In Apostolicae dignitatis solio” (En el solio de la dignidad apostólica)

Concedida el día 26 de enero de 1725. Este año celebramos el Tricentenario de la Bula y de “Cartas Patentes”.

Espero que LIRIA pueda celebrar este Tricentenario.

 

Un abrazo muy fuerte para todos.

  1. Joaquín Gasca fsc. .

1.05.2025