Queridos amigos de La Salle Liria.
Mi saludo cercano y fraterno para cada una de las personas que trabajáis en el centro La Salle de Liria y los que formáis la familia del Projecte Obert.
En este mes de febrero les comentos dos conmemoraciones que se celebran el día 14: La fiesta de San Valentín o de los Enamorados, y el Inicio de la Cuaresma Cristiana.
Sabemos que la Iglesia ha buscado modos de cristianizar costumbres paganas. Así que el Papa Gelasio I, instituyó la fiesta de San Valentín para purificar el amor pagano.
Sin despreciar los gestos que en estos días manifiestan los enamorados, hemos de reconocer que se está perdiendo el auténtico AMOR, el que mira al otro con gratuidad sin esperar nada a cambio. El amor auténtico se da y se entrega gratuitamente.
Con todo nos llama la atención que hallemos en la Biblia un libro de poemas de amor sin la menor referencia religiosa o moral. Porque es ese amor el que buscan, sufren y gozan los enamorados que se atraen en todos sus encantos posibles, que se hablan con lenguaje íntimo y atrevido, que se quieren en cuerpo y alma.
Os transcribo los primeros versos con que se abre el CANTAR LOS CANTARES.
“Que me bese con los besos de su boca. Son mejores que el vino tus amores, exquisito el olor de tus perfumes, tu nombre es aroma que se expande, por eso te aman las doncellas. (1,1-4).
Solo aquí, el Cantar de los Cantares se convierte en tema monográfico y exclusivo. Al fin y al cabo, si “Dios es amor”, las palabras hermosas y veraces del amor son palabra de Dios.
CUARESMA: Es un tiempo singular que comienzo con el rito de la Imposición de la Ceniza el Miércoles de Ceniza y culminará con el Triduo Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de resurrección.
El Jueves Santo, Jesús insiste en el amor, porque en él se reconoce el verdadero discípulo del Señor.
El Viernes Santo es la donación total de Jesús por amor, dando su vida por nosotros y dándonos a María por nuestra madre: “Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo a quien tanto quería, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió como suya”.
Y dice san Pablo: Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe.
Pero Cristo resucitó, por eso los lasalianos decimos:
¡Viva Jesús en nuestros corazones! Por siempre.
Con todo mi afecto.
H. Joaquín Gasca, fsc.