Una representación navideña infantil.
Queridos amigos de La Salle Liria y del Projecte Obert.
¿Cómo os va?
Al comenzar este último mes del año, les invito a una representación teatral navideña.
Espero que os guste.
Y también, que os emocionéis.
¡Fue la ternura de un niño que emocionó a todo su público!
¡Y es que los niños son encantadores!
***
Era Navidad y en el pueblo iban a hacer la representación del nacimiento de Jesús. Todos estaban muy entusiasmados, pues iban a representar el nacimiento del Niño Jesús, cuyos actores serían los niños del pueblo.
Pero uno de los actores era muy cortito y lento para aprender, pese a todo él quería estar en la obra como actor y, a la maestra le dio tanta pena verlo con tal entusiasmo, que le dio un papel pequeño: el del posadero, que tenía que rechazar a María y a José porque la posada estaba llena.
El día de la obra el teatro estaba a reventar, hasta había gente de pie. Y cuando estaban en la parte en la que llegan José y María a la posada, en la que este niño con problemas tenía que pronunciar la frasecita, pasó algo inesperado.
José tocó la puerta y salió el posadero, y cuando ya los iba a rechazar, al ver a la joven pareja y sobre todo a la mujer, embarazada de quien iba a ser nuestra salvación, al niño se le llenaron los ojos de lágrimas y les dijo: <<Pasen, pasen, la señora puede dormir en mi cama y yo dormiré en el suelo>».
Hubo un silencio intenso en la sala y a mucha gente se le saltaron las lágrimas.
Era Navidad y en el pueblo iban a hacer la representación del nacimiento de Jesús. Todos estaban muy entusiasmados, pues iban a representar el nacimiento del Niño Jesús, cuyos actores serían los niños del pueblo.
Pero uno de los actores era muy cortito y lento para aprender, pese a todo él quería estar en la obra como actor y, a la maestra le dio tanta pena verlo con tal entusiasmo, que le dio un papel pequeño: el del posadero, que tenía que rechazar a María y a José porque la posada estaba llena.
El día de la obra el teatro estaba a reventar, hasta había gente de pie. Y cuando estaban en la parte en la que llegan José y María a la posada, en la que este niño con problemas tenía que pronunciar la frasecita, pasó algo inesperado.
José tocó la puerta y salió el posadero, y cuando ya los iba a rechazar, al ver a la joven pareja y sobre todo a la mujer, embarazada de quien iba a ser nuestra salvación, al niño se le llenaron los ojos de lágrimas y les dijo: <<Pasen, pasen, la señora puede dormir en mi cama y yo dormiré en el suelo>».
Hubo un silencio intenso en la sala y a mucha gente se le saltaron las lágrimas.
La obra fue un gran éxito, a pesar de que no fue fiel la representación de lo que realmente pasó en esa noche de Navidad, pero sintieron que algo había cambiado en sus vidas, pues ese niño les había enseñado una lección de amor; en su inocencia les mostró que debemos amar y ayudar a otros, no importa quiénes sean, porque somos hijos de Dios y estamos aquí para hacer el bien, sin pedir nada a cambio.
Con todo mi cariño. Que el Dios Niño nacido en Belén les colme de bondades en estos hermosos días navideños.
Un abrazo muy fuerte.
- Joaquín Gasca, fsc.
Diciembre, 2025